Como consumidores, todos confiamos en que los productos que compramos en el supermercado, se encuentran en perfecto estado y han respetado los procesos de conservación exigidos.

La cadena del frío es un concepto con el que en mayor o menor medida, todos estamos familiarizados, y que hace referencia al mantenimiento de la temperatura adecuada a lo largo de las distintas fases de su manipulación y transporte, hasta llegar a los lineales del supermercado o gran superficie.

Normalmente cabe suponer que todos los agentes implicados, tanto el distribuidor del producto como el transportista y el vendedor final, son muy escrupulosos en este aspecto, sin embargo, en toda cadena hay un eslabón más débil, y en este caso se trata no es otro que el transporte.

La razón es que en muchas ocasiones, trasladar de un lugar a otro determinados productos puede llevar horas, y un posible problema de temperatura durante el trayecto puede ser detectado demasiado tarde, algo que afectaría de manera significativa la conservación de la carga.

Por ese motivo aquellas empresas de transporte que quieran asegurar que sus servicios ofrecen todas las garantías no dudarán en implementar cuantas mejoras sean necesarias para garantizar que se mantenga la cadena del frío a lo largo de todo el proceso, y eso incluye dotar a su flota de los dispositivos necesarios para detectar cualquier posible incidencia en el transcurso del viaje.

Detectar irregularidades con Control GPS

Es, por tanto, de especial importancia el hecho de detectar cuanto antes las variaciones de temperatura fuera de los límites establecidos. Si el transportista que va al volante dispone de una herramienta que le mantenga informado de estas posibles incidencias, podrá tomar acción de manera inmediata, y muy probablemente, solventar el problema. Pero si no es así, un viaje de varias horas puede suponer que una valiosa carga pueda sufrir las consecuencias.

Esa herramienta es la que ofrece Control GPS. Mediante un sensor de temperatura que toma valores cada 60 segundos, es posible estar informado en tiempo real de las condiciones en las que viaja la carga.

Esto se lleva a cabo a través de una conexión a internet que el propio transportista puede consultar desde su teléfono móvil en cualquier momento.

El control GPS va incluso más allá, ofreciendo la posibilidad de señalar un rango de temperatura o un límite y activar una alarma cuando los valores no se ajustan a lo establecido.

En el caso de una avería en las cámaras frigoríficas, es muy posible que el propio transportista no pueda hacer nada por repararla, pero su rápida detección permite tomar medidas alternativas que pueden evitar males mayores.

Así, si a lo largo del viaje se produce un problema de este tipo, podrá comunicárselo a la empresa de inmediato, de manera que ésta pueda enviar un nuevo vehículo, a un técnico, o tomar aquella decisión que mejor le parezca con objeto de no romper la cadena del frío y asegurar la conservación de la carga.

Confianza, el mayor activo de las empresas de transporte

Las empresas de transporte viven de la confianza de sus clientes en que la carga llegará en perfecto estado de conservación.  Eso significa que no poder garantizar este punto resulta devastador para sus intereses, ya que supone un quebranto de dicha confianza. Basta una incidencia puntual para que esto ocurra, y ello puede suponer la pérdida de un cliente y enormes cantidades de dinero al año.

Pero esto es algo que no tiene por qué ocurrir tomando las medidas de prevención necesarias, y Control GPS es sin lugar a dudas la más eficiente. Una pequeña inversión que garantiza un plus  de tranquilidad, y que puede, además, ser exhibida como argumento de ventas frente a los clientes.

Garantizar de forma exhaustiva el mantenimiento de la cadena del frío nunca fue tan fácil como ahora lo es gracias a este tipo de dispositivos. Control GPS es la herramienta que lo hace posible.

 

Menú